sábado, 28 de julio de 2012

Comentarios / Las convenciones de género en la literatura



Hoy el género literario por excelencia es el de la pertenencia a una generación. Se escribe desde una generación. Todo bien, pero ahí sólo hay capturas del lenguaje, temáticas impuestas y estilos formateados. No sé, observo cierta obstinación de plantear la literatura en términos de generaciones. Esto parecería implicar algunas consecuencias. Por un lado, concebir la literatura en relación a algo absolutamente ajeno a sí misma; por otro, reducir la producción literaria a mera expresión de una subjetividad y acaso de cierto espíritu de época; además, poner en el centro de la escena un modo de hacer memoria que omite los procedimientos desmadrados (distorsión, selección, desplazamiento, etc.…) por los que la memoria se hace; y finalmente, el tono lastimoso y edípico de anclarse en lo perdido.

Lo peor de todo es que no me parece mal escribir desde una generación, claro que la cuestión la platearía en términos de agujeros. Por medio de qué agujeros algo nace. Cómo han quedado los agujeros después de engendrar. Por qué agujero hemos nacido. Cómo se degenera una generación. Y por sobre todo, si la autoconciencia generacional supone un distanciamiento materno, de quién nos hemos desmadrado, cuál es nuestro desmadre. Ese es todo el problema, en cuanto generación necesitamos dejar de preguntar por nuestras madres y comenzar a hacer el desmadre.

Pablo Farrés, escritor argentino.
Fuente: Revistaenie.clarin.com

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