sábado, 12 de octubre de 2013

Astrolabio / La literatura en la red

Diez grandes escritores que nunca ganaron el Nobel de Literatura
rpp.com.pe

El Nobel de Literatura premió este año a la canadiense Alice Munro, considerada una "maestra del relato breve contemporáneo", según el fallo difundido en Estocolmo por la Academia Sueca.

Munro sonaba desde hacía años como una de las candidatas de peso al prestigioso premio, aunque esta vez el principal favorito en las apuestas era, de nuevo, el japonés Haruki Murakami.

En este marco, la victoria de Munro y la nueva derrota de Murakami, recordamos a diez grandes e inmortales autores que debieron ganar el Nobel, pero que por diferentes razones no llegaron a obtener el reconocimiento.
Fetichismo en la literatura
escritores.org

Sonia Aldama / ¿Cómo encuentran inspiración los escritores para sus obras? Los temas en la literatura nos llevan a descubrir el mundo interior de los autores y sus recursos para encontrar ideas y convertirlas en un ensayo o libro de viajes. Luis García Montero, en su libro Una forma de resistencia recurre a los objetos que le rodean para escribir una obra en la que reivindica el cuarto propio que daba título a la gran obra Virginia Woolf. Montero hila cada página a través del apego a los símbolos, que representan la vinculación a la política y a la realidad social para resistir en una búsqueda de lo que ha guardado, y de recuerdos robados, a veces, dice, tan importantes o no, como lo que perdura: alta ironía para describir una realidad en blanco y negro, los objetos son señas de identidad, agua que fluye en sus páginas como los estados de ánimo del poeta.
Laura Estrin: “La literatura acompaña la historia hasta que la deja muy atrás”
telam.com.ar

En Literatura rusa, la escritora, poeta y crítica Laura Estrin se ocupa de armar (o desarmar) una serie de escritores rusos, su serie, a la que defiende incluso o sobre todo contra la pulsión conservadora, el miedo o la ignorancia de los editores y lectores locales.

El libro, publicado por la casa Letranómada, hace honor al mote de muchacha brava de esta joven que formó parte de la cátedra de Nicolás Rosa, y que cultiva un dicho que es todo un hecho: No me interesan las categorías generacionales o de época. La literatura es buena o mala.

Estrin es profesora de Teoría Literaria y Literaturas Eslavas en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA); editora en Letranómada, lleva un diario que pasa las 2500 páginas. Publicó, entre otros libros, César Aira. El realismo y sus extremos y la colección de poesías A Maroma.
Entre caballeros andantes y juglares
hoy.com.ec

Mario Vargas Llosa / Traté apenas en persona a Martín de Riquer –que acaba de morir, poco antes de cumplir 100 años-, pero lo leí mucho, sobre todo en mi juventud, cuando, entusiasmado por la lectura del Tirant lo Blanc, me volví devoto de los libros de caballerías.

Descubrí la gran novela catalana en la maravillosa edición que hizo de ella Riquer en 1947 y, en 1971, cuando vivía en Barcelona, le propuse hacer una edición de las cartas y carteles de desafío de Joanot Martorell (El combate imaginario), lo que me permitió visitarle.
En literatura, menos es más
lasprovincias.es

Carmen Velazco / Definirle como escritor normal es la acusación más dañina hacia su trayectoria profesional, asegura. Si tuviera que elegir un perdedor literario, se decantaría por Bartleby, el escribiente (el de Herman Melville) y añade: «Mataría por ser un Quijote». Es cuentista, en el mejor sentido del término. Escribe para vivir, por devoción y profesión, como terapia y hasta publica. El último, El libro de los pequeños milagros, un título que demuestra que en literatura «menos es más». «Por acumulación de páginas no se consigue calidad literaria. Ésta no se mide al peso».


El libro de los pequeños milagros apenas tiene 130 páginas y un centenar de microrrelatos. Para su autor es «una invitación al juego» que el lector puede aceptar. Si lo hace, no deberá seguir ninguna regla: viajará al planeta Axz o al Zxa, conocerá a una novia imaginaria, descubrirá que la Pinta, la Niña y la Santa María impactaron contra un enorme iceberg y comprobará que Dios se reencarnó al tercer día en una mosca. Y si Dios es una mosca, ¿qué es el ministro de Cultura? El escritor malagueño no lo duda: «una larva de mosca».
La alta literatura es gimnasia para el cerebro
sociedad.elpais.com

Javier Sanpedro / El trabajo que Science publica este jueves hace diana en el epicentro de la más profunda cuestión en la estética literaria. ¿Por qué El código Da Vinci de Dan Brown puntúa menos que El americano impasible de Graham Greene en ese concurso para ascender al parnaso? ¿En qué sentido es Arturo Pérez Reverte menos literario que Javier Marías? ¿Por qué discutieron Carlos Ruiz Zafón y Antonio Muñoz Molina? Pues bien, he aquí una respuesta: mirad al cerebro. Leer ficción literaria recluta las áreas cerebrales implicadas en la emoción social: las que distinguen una sonrisa sincera de una falsa, detectan si alguien se siente incómodo o evalúan las necesidades emocionales de familiares y amigos. La ficción popular (como las novelas de espías o de amor y lujo) no lo hace, y la estantería de no ficción tampoco lo consigue.
Literatura transgenérica en Cuba
havanatimes.org

Osmel Alamaguer / Mezclar o combinar los géneros es un método casi tan antiguo como la propia literatura que, no obstante, desde mediados del siglo pasado, comenzó a practicarse tentativamente entre algunas vanguardias literarias europeas y latinoamericanas. 

El afán de hacer evolucionar los géneros, en esa búsqueda constante de la creación por renovarse, y los nuevos escenarios sociales, políticos, culturales y tecnológicos, influyeron de manera significativa en dicho fenómeno.
Errores de escritor novel
estandarte.com
Nadie nace enseñado. Todos hemos aprendido a leer y escribir en la escuela, incluso nos han enseñado reglas básicas de redacción. Como en la caligrafía y en la gramática, en los comienzos de la narrativa es sencillo cometer fallos muy elementales. Al igual que con el tiempo aprendiste a escribir sin (apenas) faltas de ortografía, con el tiempo puedes mejorar el estilo de tus textos. Observa estos tres errores al escribir en los que todo narrador ha caído en sus inicios y comienza a detectarlos.
Claudia Piñeiro: ‘Uno escribe literatura para trabajar el lenguaje, jugar con las palabras’
eluniverso.com

Un comunista en calzoncillos (Editorial Alfaguara), la última novela de la escritora argentina Claudia Piñeiro, es un pliego de recuerdos de lo que fue la relación con su padre. La evocación de esa etapa de su vida se ubica en Burzaco y ocupa en el calendario las fechas que van de diciembre de 1975 a junio de 1976. De los últimos episodios del gobierno de Isabel Perón a los primeros meses de la dictadura militar liderada por Jorge Rafael Videla. Del ocaso de la infancia de la autora al despertar de su adolescencia.

El libro, publicado mundialmente en junio pasado, se alimenta, según sus propias palabras, de “recuerdos encubridores”, esos con los que es posible convivir pese a las trampas de la evocación. En esta entrevista con EL UNIVERSO, Piñeiro explica las claves de esta obra.
La Literatura en Voz Viva
coffeeandsaturday.com

Erick Ampersand / El gran escritor cubano José Lezama Lima no sabía poner comas. Para su buena fortuna contaba con la amistad de otro grande, el argentino, Julio Cortázar quien se encargó de puntuar las pausas de esa joya de la literatura que es “Paradiso”. Lezama Lima creía que las comas eran producto de las pausas en la respiración y así era como las salpicaba en el texto, conforme su pecho le dictaba. Sin embargo, para aumentar la dificultad, él era asmático, lo cual multiplicaba por dos el número de pausas y signos en el texto. 

La voz del autor lleva un ritmo propio, una extraña cadencia originaria. Hay poetas que pronuncian sus obras como quien recuerda el momento exacto de su creación. También hay otros que no saben cómo trazar con los signos la musicalidad que da el habla natural. José Alfredo Giménez no sabía escribir partituras pero aprendía las tonalidades con el oído; en nuestro país hay escritores que desconocen las reglas elementales de la puntuación pero cuyo talento para retratar las voces de la gente crea obras excepcionales.
La literatura y sus monstruos
sexenio.com.mx

Karina G. Ulloa / A lo largo de la historia, distintos escritores han plasmado dentro de la literatura diferentes monstruos que apelan a una idea colectiva, y que se utilizan como parámetros para denotar algún defecto de la naturaleza humana; algunos de ellos, han transgredido a la literatura para plasmarse en las artes plásticas, la música o el baile, pero la pregunta en este caso es, ¿por qué algunos monstruos son tan populares? O ¿por qué las personas continúan asistiendo al cine para ver películas de terror a sabiendas que no podrán dormir? 

De acuerdo a expertos en la materia, el significado de estos seres se divide en dos teorías. La primera fue hecha por los iconografistas, argumentando que no son más que motivos decorativos de un época antigua. La segunda (actualmente la más aceptada) es la que afirma que reflejan la convivencia humana, abarcando principalmente los aspectos religiosos y morales, develando complejos psicológicos primitivos.

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