viernes, 19 de abril de 2013

Astrolabio / La literatura en la red


Gustavo Martín Garzo: 'Es obligación de los adultos leer cuentos a los niños'
abc.es


Entre las obligaciones de los adultos, además de alimentar, vestir y educar a sus hijos "también está la de contarles cuentos porque les ayudan a entender el mundo y a ellos mismos", ha afirmado hoy el escritor Gustavo Martín Garzo durante una entrevista con la Agencia Efe.

El cuento, y la literatura fantástica por extensión, ha reivindicado como patrimonio de la infancia y savia para una sociedad que "desgraciadamente ha vuelto la espalda a historias que hablan de las cosas esenciales que le han sucedido al hombre desde hace siglos".


Paula Echeverría / Su primer libro, La ciudad en invierno (Caballo de Troya, 2007), fue acogido calurosamente por la crítica. Y en 2009 confirmó su talento La ciudad feliz (Mondadori), que le reportó el Premio Jaén de Novela. Pero no es un éxito repentino. Encontrar su propia voz como escritora, dice, no ha sido nada fácil.

¿Cuándo supo no tanto que quería ser escritora, sino que ya lo era? 

Hay algo de soberbia, en el buen sentido, en que cuando tú tienes una vocación fuerte, crees que lo eres aún antes de serlo. Y es esa certeza la que te permite poner toda la carne en el asador, porque no es fácil publicar.


Carmen Perilli / La narrativa cubana se asoma al siglo XXI plena de fábulas acerca de los conceptos de patria y nación. Nos encontramos con una verdadera batalla por la memoria y la tierra. Rafael Rojas propone leer la segunda mitad del siglo XX a partir del concepto de guerra civil. El gobierno socialista instituido en los 60 construye la nación alrededor del relato revolucionario que se reformula varias veces y excluye tradiciones anteriores.

Múltiples versiones inscriben la particular experiencia histórica cubana a partir de géneros como confesiones, memorias, relaciones. En ellos se repite la leyenda nacional en la sangre, el duelo, la melancolía, se insiste en definir el lugar del escritor desde el enfrentamiento entre historia y poesía. A través del uso, en muchos casos monumental, del género biográfico, los narradores se fabulan a sí mismos como protagonistas y testigos; como héroes y víctimas. En estas batallas de las memorias realidad y ficción se confunden. "En la pasada década el lugar de enunciación de la literatura cubana, sufrió la mayor diseminación de su historia. Entre la isla y la diáspora se extiende un vasto territorio cultural en el que se producen textos muy diversamente relacionados con la nación" (Rojas).


Jean-Marie Gustave Le Clézio (1940), ganador del premio Nobel en el 2008, es la figura central de la Feria del Libro. Humanista, nómada fascinado con el mundo indígena de América, crítico del materialismo, ajeno a las modas y autor de medio centenar de libros –dice no pertenecer a ninguna corriente literaria–, este francés de padre inglés y de madre bretona es considerado “un escritor de la ruptura, de la aventura poética y de la sensibilidad extasiada”, como lo expresó la Academia Sueca. Le Clézio le respondió estas preguntas a El Tiempo vía correo electrónico.

Viajar parece ser una necesidad vital para usted. ¿Qué tan importante ha sido ser un nómada para escribir? 

Viajar no es mi meta. El único viaje verdadero que hice fue para encontrar a mi padre en el año 1948, tomando un barco de Bordeaux hacia Port Harcourt, en Nigeria. Fue también la ocasión de escribir mi primera novela que se llamaba, precisamente, Un viaje largo. A mí lo que me importa más es cambiar de estancia, y llevar nueva vida, día por día, trabajando, escribiendo, soñando. Así viví bastante tiempo en México, y luego en Estados Unidos. Pero para mí los mejores viajes ocurren en la literatura, no necesariamente en la literatura de viajeros, como la poesía de Owen o las novelas de Borges.


Tereixa Consteinla / Lo virtual está aquí. Pero lo físico no se ha ido. Para dominar ambos malabares se requieren imaginación y osadía, sin descuidar la sensatez, prueba y error. En eso andan las editoriales. Cada una explorando caminos. En el Encuentro de Editores Europeos que se celebra estos días en la Casa del Lector, en Madrid, se evidenciaron ayer distintas estrategias (y también sensibilidades) para afrontar todos los cambios que implica la irrupción de lo digital. Del desconcierto a la apertura de miras, las respuestas tienen toda la graduación posible, pero los editores son conscientes, como recordó en la primera sesión de debate Henryk Wozniakowski, presidente de ZNAK, la editorial más prestigiosa de Polonia, de que ya no volverán a ser el faro cultural que fueron en tiempos de Benjamin Franklin. Serán otra cosa. 


En Twitter parece muy difícil (incluso imposible) expresar ideas complejas en mensajes que están limitados a un máximo de 140 caracteres. Más difícil podría ser hacer variantes sobre la misma idea, pero nuestro idioma y las técnicas que nos facilitan los nuevos medios nos lo permiten.

Vamos a utilizar "El dinosaurio", un famoso minirrelato de Monterroso, para mostrar formas completamente diferentes, introduciendo en el cuento matices nuevos y modificaciones, así como técnicas propias de los nuevos medios. Todo ello sin sobrepasar el límite de Twitter.


Iberia (Introducción a un imperialismo futuro) es una obra poco conocida de Fernando Pessoa, que este mes edita Pre-Textos. Se trata de un Pessoa sorprendente, preocupado por asuntos que se aproximan a la sociología política y que acaba transformando estos textos en un mapa de la identidad de un territorio, el ibérico, marcado por el mismo signo de pluralidad que se convirtió en el código genético de su autor.

De todos los Fernando Pessoa posibles, el autor de los textos sobre Iberia es uno de los más desconocidos y más frecuentemente olvidados. Un Fernando Pessoa entrañado en la realidad de su tiempo, que participa activamente en el debate sobre la siempre candente cuestión peninsular no corresponde, sin duda, al paradigma tradicional que tantas veces se nos ha impuesto, y que dibujaba un retrato del poeta portugués como alguien recluido en sí mismo y distante con respecto a los movimientos sociales que le tocó vivir. Nada, probablemente, más lejos de la realidad.


Eros y Tánatos, escribe Giovanna desde Estados Unidos, son dos intensidades que han cautivado al ser humano desde sus orígenes.

“Y ahora que al parecer hemos sobrevivido cínicamente al barullo del apocalipsis, ese péndulo oscila con más definición que nunca. Quizás a ello responda la creciente demanda de géneros como el thriller posmoderno y la novela erótica súper urbana. Sin embargo, a la hora de escoger cinco libros, por cierto muy distintos entre sí, para nutrirme de una prosa sensual, arriesgada, transgresora, a veces sucia, impúdica, seductora, banal, profunda o dolorosa, me inclino por títulos menos inmediatos. De hecho, estuve a punto de escoger los poemas o la correspondencia de Sor Juana Inés de la Cruz para encabezar esta lista, pues hay en esos textos una sensualidad existencial y espiritual estremecedora. Y es estremecernos lo que en ocasiones necesitamos para saciar al “alma arrebatada”.


Cuando tengo ganas de sonreír un poco, para que sean más ligeras las tardes, leo las primeras novelas de Christopher Morley”, dijo Eugene O’Neill al poco de recibir el Premio Nobel de Literatura. La editorial Periférica ofrece esa oportunidad: descubrir aquellas obras primeras. El año pasado editó La librería ambulante, publicada originariamente en 1917, un verdadero regalo para quienes creen que la literatura es una forma de consuelo y también una invitación a la felicidad.

Los lectores que se quedaron encandilados con la historia de Roger y Helen Mifflin pueden ahora descubrir cómo siguió su historia. En La librería encantada, los entrañables Roger y Helen Mifflin han dejado de recorrer los campos y pueblos con su librería ambulante y se han instalado en pleno Brooklyn, como siempre soñara Roger.

La Habana invisible
mediaisla.net

Julio Pino Miyar / En la Calzada más bien enorme de Jesús del/ Monte/ donde la demasiada luz forma otras paredes con/ el polvo/ cansa mi principal costumbre de recordar un/ nombre/ y ya voy figurándome que soy algún portón/ insomne/ que fijamente mira el ruido suave de las sombras/ alrededor de las columnas distraídas y grandes/ en su calma”. “Cuánto abruma mi suerte, que barajan mis días/ estos dedos de piedra/ en el rincón oculto que orea de prisa la nostalgia/ como un soplo que nombra el espacio dichoso de/ la fiesta.

Eliseo Diego, (La Habana, 1949)

Con estas líneas, el poeta Eliseo Diego (Cuba, 1920; México, 1994) inició un poemario que se convertiría con el tiempo, en una de las vértebras de la lírica cubana del siglo XX. Curiosamente, lo que dice el poeta que pesa en estos versos no es el juego de los días, sino el nombre, como si en la totalidad maciza de su nombre se consumara un destino y, a la vez, la forma presentida del poema.

Oficio de lector
elcultural.es

Darío Villanueva / Leyendo este Oficio de lector recordé a Gabriel Zaid, cuando aventura que “el problema del libro no está en los millones de pobres que apenas saben leer y escribir, sino en los millones de universitarios que no quieren leer, sino escribir”.

La noticia del premio Cervantes pilló a José Manuel Caballero Bonald, según lo que ha trascendido, corrigiendo las pruebas de sus ensayos sobre el escritor alcalaíno que abren esta compilación. Son algo menos de cien textos organizados cronológicamente en tres bloques que nos llevan hasta la gente del medio siglo.

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